Una mañana al llegar a clase
nos encontramos con que Cleo nos había dejado mensajes con carteles de
“Captúrame” en la puerta y rincones de clase. No imagináis su emoción y alegría al ver que Cleo había venido a visitarnos y nos había dejado esas sorpresas.
Cogieron el móvil buscaron la APP “WallaMe” y capturaron todos esos rincones para ver qué nos pedía Cleo.
Cogieron el móvil buscaron la APP “WallaMe” y capturaron todos esos rincones para ver qué nos pedía Cleo.
Los rincones de clase
ocultaban diferentes ingredientes y utensilios de cocina, hablamos sobre todo
ello y estaba claro, Cleo quería que hiciésemos pasteles!!! Menuda sorpresa les
esperaba, esa no era la intención de Cleo.
Pero no teníamos todos esos ingredientes…cuando de repente encontramos una bolsa que llevaba la harina, los limones y todo lo demás. En el cartel de la harina aparecía el número 1 y dos 0, Adriana nos dijo que es que necesitábamos esa cantidad de harina y agua, pero cómo íbamos a saber qué era esa cantidad y ahí Marta, muy astuta, nos dijo que con el medidor del rincón sensorial, lo cogimos y buscamos ese número, algunos no lograban encontrarlo así que se ayudaban entre ellos para que todos lo viesen, le hicimos una marca con el rotu rojo y hasta ahí debíamos llegar, ese número era el cien. En la bolsa había dos cucharas una grande y otra pequeña, necesitaron un poco de tiempo y prestar mucha atención para llegar a la conclusión de que la grande era para la sal y la pequeña para el aceite, como muy bien dijeron, así era por el dibujo de los carteles.
Pero no teníamos todos esos ingredientes…cuando de repente encontramos una bolsa que llevaba la harina, los limones y todo lo demás. En el cartel de la harina aparecía el número 1 y dos 0, Adriana nos dijo que es que necesitábamos esa cantidad de harina y agua, pero cómo íbamos a saber qué era esa cantidad y ahí Marta, muy astuta, nos dijo que con el medidor del rincón sensorial, lo cogimos y buscamos ese número, algunos no lograban encontrarlo así que se ayudaban entre ellos para que todos lo viesen, le hicimos una marca con el rotu rojo y hasta ahí debíamos llegar, ese número era el cien. En la bolsa había dos cucharas una grande y otra pequeña, necesitaron un poco de tiempo y prestar mucha atención para llegar a la conclusión de que la grande era para la sal y la pequeña para el aceite, como muy bien dijeron, así era por el dibujo de los carteles.
Era el momento de ponernos a cocinar, vino a ayudarnos la mamá de Marcos, Gelen, con ella exprimimos los limones, medimos la harina, el agua, el aceite, la sal, lo mezclamos todo y esto es lo que pasó.
Una vez que teníamos la masa, había que experimentar con ella, la olimos, la extendimos, vimos que era muy blandita, suave y que olía muy bien. Hicimos bolitas, churros y finalmente decidimos que como nos había gustado mucho la Torre Eiffel de París, dónde se fue a estudiar, la chica guerrera Marie Curie. Cada uno haría su torre y esto es lo que pasó cuando comprobaron que la masa que habían hecho no era para hacer pasteles sino circuitos.
Esta mañana ha venido Gelen al cole, los peques estaban deseando verla y enseñarle para qué servía la masa que hicieron con ella la semana pasada. Le han enseñado que sirve para “encender las bombillas pequeñitas” y con ella han estado creando diferentes circuitos para hacer series, algunos con churros, otros con letras…pero mejor que lo veáis vosotros mismos. No sé quién ha disfrutado más si los peques o la mami ;))))))
Felicidades Cati!!! Es estupendo ver lo felices que están tus peques con todo lo que les enseñas. Me ha encantado
ResponderEliminarQué buena idea para que experimenten. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminar¡Genial, Cati! Me apunto la idea. Buen finde.
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