Al llegar a clase nos hemos
encontrando con una sorpresa. El papá de la seño nos ha regalado una mesa que
ha hecho especialmente para nosotros, menuda emoción pero más todavía al ver
que esa mesa era mágica, tiene luces y podemos ponerle diferentes colores….
Para aquellos que todavía no
sepáis de que se trata es una mesa que se ilumina con luz, ofrece multitud de
posibilidades al ser una herramienta educativa además de muy lúdica. Sobre ella
se pueden poner diferentes materiales, combinarlos y ver cómo cambian de aspecto
e incluso ver efectos que ni se esperan.
A partir de ahora es un recurso
más de clase, que nos ha permitido crear en nuestra aula un espacio para el
juego, la experimentación, la observación, la atención y por supuesto para el
aprendizaje, pero sobre todo es un espacio muy acogedor en el que los peques se
sienten atraídos por la estimulación sensorial que conlleva.
En este caso hemos experimentado
con la mesa de luz a través del juego libre, dejando volar su imaginación y
creatividad, a través de bloques de construcción transparentes con los que los
peques han hecho castillos, casas, puentes e incluso han experimentado con la
luz, el reflejo y la transparencia de algunas piezas. Después de verlos seguro
que vosotros también os quedáis con ganas de experimentar con ella.